miércoles, 10 de enero de 2007

AL AZAR

En esoterismo se utiliza como un método de adivinación.Yo lo uso simplemente como terapia sustitutiva de la lectura intensa y ordenada. Me refiero al hecho de abrir un libro determinado y marcar con el dedo un párrafo o una frase. Hoy lo hice con una novela de Patrick White(australiano, Premio Nobel de Literatura en 1973) y mi dedo rozó esta frase:

Y a las horas tempranas, las palabras no hacen más que deteriorar el placer de vivir.
Repetí la operación y mi dedo esta vez marcó con vehemencia:
Necesitaba matar algo.

Confieso que a ciertas horas de la mañana una palabra, para un enfermo de ensoñaciones, es equivalente a un asesinato. También las palabras, muchas veces, estropean el placer de la cópula o la simple voluptuosidad de la pereza. En las horas tempranas, la mejor palabra es el aroma del café o el gorjeo de los pájaros o el lejano olor de las almazaras. Esta mañana, ciertamente, estoy enamorado del silencio. Todo lo demás, incluyendo mi familia, es pura niebla. Niebla que despeja el segundo café, ya no tan poético.

También hoy necesito, metafóricamente, matar algo. Talvez a mí mismo. Necesito nacer de nuevo en otro lugar, con otro aspecto, aunque sea en las tierras del Masai-Mara y allí tenga que enfrentarme a un león y matarlo para sentirme libre,definitivamente libre. Y no ser más este proyecto de triunfador o fracasado, preso en las mazmorras de tanta palabra contaminada.

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